viernes, 24 de octubre de 2008

Tango que me hiciste mal

"Nada más ser liberado [Nelson Mandela], la Bolsa sudafricana se desplomó presa del pánico; la moneda sudafricana, el rand, también cayó un 10%.
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Cuando, al poco de su liberación, Mandela volvió a declararse favorable a la nacionalización [de la explotación minera] con motivo de un almuerzo privado con destacados empresarios, el All-Gold Index cayó un 5%".
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Incluso gestos que no parecían guardar relación alguna con el mundo financiero, pero que podían dar a entender la existencia de un radicalismo latente, parecían sacudir igualmente los mercados. Así, cuando Trevor Manuel, un ministro del ANC, calificó el rugby en Sudáfrica de 'deporte de la minoría blanca' porque su selección nacional estaba formada exclusivamente por jugadores blancos, el rand volvió a acusar un serio golpe".
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De todas las limitaciones impuestas sobre el nuevo gobierno, fue la de los mercados la que resultó más restrictiva, y ahí radica, en cierto sentido, el secreto del capitalismo sin trabas: en su capacidad para autoimponerse. En cuanto los países se abren a los temperamentales estados de ánimo de los mercados globales, toda desviación de la ortodoxia de la Escuela de Chicago es castigada al instante por los operadores de Nueva York y Londres, que apuestan contra la moneda del país infractor y ocasionan con ello una profundización de su crisis y una necesidad de mayores préstamos, con las consiguientes condiciones añadidas que éstos llevan inscritas".

Naomi Klein, de La doctrina del shock


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