Y ahora vas a correr, joven, correr rápido, rubia, a abrazarte fuerte con Vicente.
Ahora no va a doler más ni un hueso; ahora se come comida en serio; ahora no hay más geriátricos; ahora volverá lo lindo.
Y con vos también, el día que llegue, me voy a sentar a hablar, a cantar los tangos que soñaste cantar conmigo, a que me cuentes por enésima vez lo del "bebo no" y lo de Garibaldi...
Otra vez me toca volver a extrañar...