Yo debía tener 5 ó 6 años cuando a mi hermana se le cayó un Pequeño Pony en el inodoro.
A sus 9 años, el agua (limpia) adentro de la taza le daba un tremendo asco y no se animaba a agarrar a su caballo de juguete.
A mis 6 años, el asco era el mismo, pero algo me dijo que yo era el hombre y que yo debía agarrar al Pony.
Me arremangué, tomé coraje y metí la mano. Rescaté al muñeco y lo lavé en la pileta.
Ese día, ante la mirada extasiada de mi hermana mientras le devolvía el caballo rosado, comprendí el poder de lo que llaman caballerosidad.
lunes, 10 de marzo de 2008
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3 comentarios:
La gran diferencia de los pequeños detalles.
Es al pedo: el que sabe, sabe
;)
[10/03/2008, 15:42]
Como olvidar ese momento?! Fui la hermana mas feliz sobre la tierra! Habias rescatado a mi pequeño pony de una muerte segura... ;) Te quiero!
Marian
[15/03/2008, 1:27]
Qué hermoso.
[05/04/2008, 18:59]
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